Historias de Borrocop: Drazen Petrovic (final)

Texto íntegro de Alfonso Fernández Borro (Borrocop) y publicado en Topo sigloXXI. Reproducido aquí con el permiso expreso de su autor.

Para que esta historia concluya de una manera más o menos decente hablemos de nuestro Gabriel Nieto, la alta cúpula de ERBE Software y las pequeñas cosas sin sentido que ocurren durante un proyecto como este.

Gabriel Nieto tuvo su parte de acierto en el proyecto, y por ende parte de culpa también, porque las mierdas y medallas se reparten siempre entre todos. Después del despido de Ricardo la situación en las oficinas era realmente caliente, todo lo contrario a lo que se necesita en un ambiente de trabajo distendido. Había un núcleo duro formado por los integrantes más veteranos comandados por R.A.M…. digo Rambo (José Manuel Muñoz), Eugenio Barahona, Carlos Alonso, y en menor medida por Roberto Potenciano y Jesús Medina. En otro grupo estaban Roberto Uriel, Jorge Azpiri y Rafa Gómez indiferentes con el tema. Luego había un programador llamado Paco Martín (PC) que era el típico lameculos de Gabriel… Y luego estaba yo, “El Último Mohicano”, que llegaba a la empresa en sustitución de Ricardo.

Una vez que observáis el dislate que se había en dentro de la empresa, lo más fácil era que crear un “complot” para que Gabriel dejara a los trabajadores en paz, pero esto no se consiguió, sino todo lo contrario. Por ese motivo, y también por las soflamas de Rambo “- Nos van a despedir a todos…” el proyecto entraba en una fase al estilo Titanic: sálvese quién pueda, total para lo que nos queda en la plantilla.

No empezar a currar hasta que Gabriel entrara por la puerta… o salir incluso a “redesayunar” de 10:30 a 11 que era cuando llegaba, era la constante. Además, nos poníamos por la tarde a hacer ouija hasta que llegara. Sí,  he de confesar que en esto último yo también participé, no en lo demás. Después de comer no apetecía mucho hacer gráficos con la tripa llena.

El panorama era el siguiente: el programador pasando de mejorar rutinas o darle una vuelta a la inteligencia artificial, los grafistas metidos en otros proyectos más interesantes, el testeo dado de lado por aburrimiento al no poder manejar el equipo de una manera clara… Vamos, que hasta la secretaria estaba pintándose las uñas y como que todo se encaminaba a un desastre de los grandes.

Creo recordar que una vez que pasó por allí Paco Pastor probó el juego e inmediatamente llamó al despacho de Gabriel a todos los responsables y los gritos se oían desde la mismísima Plaza de Castilla a unas dos manzanas de allí.

Al no haber tiempo para hacer más rectificaciones, mejor dicho, para rehacer el programa desde cero, todo quedó como quedó. Ya estaba el programa en la calle y con él todo el grupo duro de programadores y grafistas. Como se decía por aquel entonces “todo está atado y más que atado” y con ese mismo cordel se ahorcó a todos. El programa salió empaquetado en una hermosa caja de cartón, con un bonito póster para enmarcar, y de paso para rebajar el calentón de los compradores. Yo personalmente hubiera incluido una entrada para la cancha del Real Madrid pero creo que incluso hasta el propio Drazen Petrovic huyó a la NBA para no acabar linchado por los sufridos consumidores de videojuegos.

La moraleja de este juego podría resumirse en que lo pactado para la licencia no hubo que pagarlo en su totalidad ya que entre los puntos pactados en el contrato con el jugador había una cláusula que reducía la cantidad si el jugador abandonaba la liga de baloncesto española.

Y como en los cuentos al final los jefes fueron felices, la mitad de la plantilla fue a la cola de paro y los benditos compradores lucieron durante unos meses un enorme poster a todo color de San Gregorio con la estrella Petrovic, que había huido a la NBA.

Espero que os haya gustado otra historia del abuelo Borrocop.

Saludos desde el otro lado de la pantalla.

-AF- (Topo sigloXXI)

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