Retrovisión – Astro Marine Corps (A.M.C.)

Artículo publicado en El PixeBlog de Pedja.

Uno de mis juegos preferidos de Dinamic, y por ende, de la época dorada del videojuego español, este Astro Marine Corps, se convirtió en el arcade más brutal que parió nuestra maquinaria hispana por aquellos tiempos. El señor Spidey nos va a contar a continuación su experiencia con aquel recordado juego.

Que Dinamic sorprendiera al público español con sus juegos no era nada nuevo. Es decir, la media de calidad de los lanzamientos de la compañía siempre solía estar por encima de la media, pero no podíamos dejar de negar que entre nosotros existía ese orgullo patrio capaz de poner en la cúspide juegos imposibles como Profanation, Army Moves o Phantomas. Pero el caso de Astro Marine Corps –AMC para los amigos- era otra historia.

Del grupo freelance Creepsoft ya tuvimos noticias poco antes con un excelente Rescate Atlantida, juego que rompía sobremanera con el clásico estilo de la casa Dinamic. Nos encontrábamos ante una vídeo-aventura con todas las de la ley, pero magníficamente diseñada en términos de jugabilidad y, por encima de todo, con un plantel audiovisual que a todas luces se salía de la media. Fijaos que la versiónSpectrum tenía un colorido brutal, casi comparable al visto en el mode 0 del juego en Amstrad CPC. Todo ello obra de un crack como Pablo Ariza, capaz de liarla tecleando código y dibujando al píxel, todo a la vez.

Para colmo, Rescate Atlantida lucía una música preciosa, muy al estilo de las que podíamos escuchar en los viejos tiempos de David Whittaker. El responsable de tal proeza era José Antonio Martín, un auténtico genio de la batuta cibernética (del que nos gustaría saber qué ha sido a día de hoy, por cierto) que pasaría a la historia por componer la asombrosa banda sonora del mítico Risky Woods. Pero Ariza y Martín lograrían grabar a fuego sus nombres con el segundo programa que les publicaría una Dinamic todavía estupefacta por la debacle de los ocho bits a favor de los ordenadores de dieciséis. Ahí entraba Astro Marine Corps.

Y es que Creepsoft había conseguido meternos con este juego lo que bien podría ser una máquina recreativa en nuestro ordenador. Fuera en la máquina que fuera, estábamos ante un fabuloso arcade al más puro estilo Contra, un género que con todas las características que presentaba AMC era bastante impropio de Spectrum, Amstrad o MSX (decir que también salió en Commodore 64, programado por Fernando Jiménez): scroll parallax multidireccional, multitud de espectaculares melodías ingame (a la vez que los fx), posibilidad de saltar y disparar en todas las direcciones, final bosses de descomunal tamaño… Y lo mejor de todo: AMC era tremendamente jugable. Una pasada que a buen seguro recordarán aquellos que pudieron jugarlo en su día.

El binomio Ariza y Martín (con una ayudita en los gráficos de parte de Ignacio Ruiz, Javier Cubedoy del componente de Zeus Software Raúl López) metió mano en el complejo mundo del ST de Atari y del Commodore Amiga para que Dinamic entrara por la puerta grande de los dieciséis bits. Buenos títulos como After the War, Mega Phoenix o Risky Woods atestiguan que la compañía española trató con mimo a estas maquinazas, pudiéndose decir que AMC fue uno de los juegos que abrieron la veda de la calidad.

Como no podría ser de otra manera, era en Amiga donde AMC daba el do de pecho. Superando de lejos los escollos a nivel de hardware que poseía el Atari ST (el número de colores simultáneos, el chip de sonido, el no poder realizar scroll por hard…), la versión Amiga era tremebundamente atractiva, siendo una auténtica delicia para los sentidos. La suavidad con la que se movía todo lo hacía incluso más adictivo que lo ya visto en las entregas para ocho bits, a lo cual se le sumaban esos decorados sacados de Shadow of the Beast (multi-scroll inclusive) y, cómo no, una banda sonora que quitaba el hipo.

El estreno de José Antonio Martín Tello en el mundo de los mods era de sombrerazo, con un compendio de melodías que bien se pueden encontrar entre lo mejorcito que se ha escuchado enAmiga. No en vano, la propia Commodore llegó a escoger a AMC para acompañar al ordenador en un genial pack, junto con After the War, Budokan y los Deluxe Paint, Music y Video. El pack que yo me compré en su día, por cierto.

Poco más puedo decir de Astro Marine Corps sin que me entren ganas de enchufar las viejas máquinas y ponerme a jugar. En todo caso, hay que tomar nota de que el software español de la edad de oro es algo más que Navy Moves, La Abadía del Crimen o el infernal Profanation… Juegazos como AMC, ahí con lo tapaditos por la historia que están, eran tanto o más ambiciosos que los anteriormente citados; y así lo atestigua el salvaje resultado final de este monstruo de Creepsoft. Qué juegazo…