Fuente: Recuerdos de 8 bits.
La ciudad de Krypton vivía tranquilamente hasta que una noche observaron en el horizonte unos extraños aparatos voladores que se acercaban. Al llegar, comenzaron un ataque sin ninguna explicación. Nosotros seremos enviados a la primera línea de defensa mientras nuestros hombres preparan el proyectil más potente para destruir a las naves nodrizas enemigas.
Se trata del primer juego editado por Manhattan Transfer. Nos encontramos ante un arcade matamarcianos con dos fases diferentes.
En la primera parte controlamos un punto de mira y tenemos que destruir las naves rojas que aparecen en la pantalla antes de que logren destruir la ciudad. En la parte superior tenemos diferentes marcadores, el verde es la resistencia de nuestra ciudad, en el centro el marcador de puntos y a la derecha la munición. Hay que evitar que cualquiera de las dos barras se rellene completamente o perderemos la partida.
Si conseguimos frenar la primera oleada, se lanzará un misil y nosotros despegaremos con una nave espacial. Tendremos que pilotar la nave esquivando los objetos que nos lanzan desde el cielo y perseguir y derribar el ovni que se mueve por la pantalla. Igual que en la primera parte, nuestra ciudad tiene una resistencia determinada y nuestra munición es limitada.
La partida se termina cuando llegamos a los 990.000 puntos o superamos 36 pantallas. Para ser en BASIC y costar 500 pesetas (más 70 pesetas de gastos de envío) de la época, no está nada mal.
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Ficha
- Programa: Krypton
- Genero: Arcade
- Año: 1986
- Programación: Rubén Jiménez
- Distribución:Manhattan Transfer
- Dificultad: 6 niveles a elegir
- Mi Retropuntuación: 5
Lo cutre y zafio era ver cómo la propia editorial Manhattan Transfer ponía en sus publicaciones (MSX Club y MSX Extra) sus programas como si fueran una maravilla. Leías los textos y el recuadro de valoraciones y estaban a la altura de los Konami de la época xD
Jajaja. Es cierto. Yo NUNCA les compré un juego, y nunca llegué a verlos en funcionamiento. Hace solo unos años descubrí sus juegos (gracias a Internet) y me di cuenta de que me habían engañado por completo.